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viernes, 25 de mayo de 2012

URNA DE SAN JUAN BOSCO EN ALLARIZ

Don Bosco en Allariz
24/05/2012 | Adolfo Requejo
El día 19 de mayo, a las 11:30 horas, como estaba previsto, la urna de Don Bosco llegaba a las inmediaciones del pueblo de Torneiros (Allariz). Allí fue acogida por un grupo de personas de la Familia Salesiana, que desde hacía meses mostraron su interés en salir a recibirlo.
A las 11:40 horas le estaban esperando en el patio de la casa salesiana de Allariz una multitud de personas de Allariz y de las parroquias de Abeleda, Armariz y Xunqueira de Ambía. Después de fuertes aplausos, disparo de bombas y la interpretación de algunas piezas musicales gallegas por parte de los gaiteros del Ayuntamiento, se hizo el camino que va de la casa salesiana a la iglesia de San Pedro.

En la plaza de esta iglesia tuvo lugar una calurosa acogida con tres actos fundamentales: la interpretación del himno de Galicia, unas sentidas palabras del Sr. Alcalde a la labor realizada en la villa por los salesianos, y la canción “Salve, Don Bosco Santo…”.

Ya dentro de la iglesia y antes de la misa, en nombre de Allariz y sus alrededores, le dirigieron unas palabras de bienvenida el Vicario General de la Diócesis, el director de los salesianos, la presidenta de ADMA, el presidente de AA.AA., dos jóvenes y una niña. El Vicario recordó que a Don Bosco lo conocía desde niño, cuando en el seminario leían su vida, y le agradeció la labor pastoral que los salesianos hacen en Allariz y en Ourense. El director le recordó a Don Bosco que había llegado a una sana tierra con muchos salesianos hijos de la misma; a una santa tierra con nueve mártires salesianos declarados beatos; a una buena tierra donde era admirado por laicos, sacerdote, y religiosas clarisas y josefinas. La presidenta de ADMA le dijo que queríamos que María Auxiliadora fuera para todos, faro, luna y amparo. El presidente de AA.AA le dijo a Don Bosco que reconocían “su pasado de leyenda, regalando vida…” Los dos jóvenes le agradecieron el cariño con que sus padres y abuelos recordaban a salesianos que trabajaron en Allariz: Luis Rubuano, Tomás Díez, Macario Arconada, Eloy Rey, Amable Lorenzo, Rosendo Sendino, Ángel Lorenzo, Cayetano Cuadra, Don Albino, y tantos otros. Le pidieron que les ayudase a andar el camino “no con golpes”, y sí con la ayuda de la Maestra, de la Auxiliadora. La niña le pidió a Don Bosco que ayudase a los niños a “mirar siempre al cielo, porque arriba siempre hay sol”. Y le “tiró” un beso.
                                                                                                        
La misa fue presidida por el Sr. Inspector, don José Rodríguez Pacheco, y concelebrada por el Vicario General de la Diócesis y otros muchos sacerdotes. En la homilía el Inspector manifestó su orgullo de ser salesiano y de haber nacido en Allariz, el Ayuntamiento del mundo que más beatos-salesianos tiene. De algunos cantos interpretados durante la misa es autor por Don Albino Fernández, bondadoso y artista salesiano recientemente fallecido, y que había gastado cerca de 40 años en esta villa, y al que quiere tanto el pueblo que le tiene dedicada una calle. Al final de la misa, y por ser Allariz la puerta de la peregrinación de Don Bosco por el camino de Santiago, el Sr. Inspector le entregó la esclavina, el bordón, el morral y la vieira del peregrino; y unas palmas, símbolo de los mártires salesianos de Allariz.

La iglesia se quedó muy pequeña para acoger a la gente que quería honrar a Don Bosco. Con turnos espontáneos, Don Bosco siempre estuvo acompañado. Comunitaria y personalmente le dimos las gracias y le pedimos su intercesión.

Con una oración popular de fidelidad a Don Bosco y la entrega de un obsequio, dio comienzo la firme despedida. Se había preparado con gran cariño, teniendo en cuenta las tres columnas del sueño de Don Bosco: la Eucaristía, María y el Papa. Por eso, las corales “Vellos Amigos de Manuel de Dios” y “Amigos de Allariz” interpretaron con suma precisión y belleza las siguientes obras: Tantum ergo, de Mozart; Ave María, de Caccini; Tú eres Pedro, de John Rutter; y, como broche de la tierra, la canción “Allariz”. Fueron dirigidas por Camilo Rumbao y al órgano, Fernando Domínguez. La iglesia estalló en una cascada de aplausos, que no cesaron hasta que Don Bosco nos dejó al finalizar la “Rúa Don Albino”