Don Bosco en Allariz
24/05/2012 |
Adolfo Requejo
El día 19 de
mayo, a las 11:30 horas, como estaba previsto, la urna de Don Bosco llegaba a
las inmediaciones del pueblo de Torneiros (Allariz). Allí fue acogida por un
grupo de personas de la Familia Salesiana, que desde hacía meses mostraron su
interés en salir a recibirlo.
A las 11:40
horas le estaban esperando en el patio de la casa salesiana de Allariz una
multitud de personas de Allariz y de las parroquias de Abeleda, Armariz y
Xunqueira de Ambía. Después de fuertes aplausos, disparo de bombas y la
interpretación de algunas piezas musicales gallegas por parte de los gaiteros
del Ayuntamiento, se hizo el camino que va de la casa salesiana a la iglesia de
San Pedro.
En la plaza de esta iglesia tuvo lugar una calurosa acogida con tres actos fundamentales: la interpretación del himno de Galicia, unas sentidas palabras del Sr. Alcalde a la labor realizada en la villa por los salesianos, y la canción “Salve, Don Bosco Santo…”.
Ya dentro de la iglesia y antes de la misa, en nombre de Allariz y sus alrededores, le dirigieron unas palabras de bienvenida el Vicario General de la Diócesis, el director de los salesianos, la presidenta de ADMA, el presidente de AA.AA., dos jóvenes y una niña. El Vicario recordó que a Don Bosco lo conocía desde niño, cuando en el seminario leían su vida, y le agradeció la labor pastoral que los salesianos hacen en Allariz y en Ourense. El director le recordó a Don Bosco que había llegado a una sana tierra con muchos salesianos hijos de la misma; a una santa tierra con nueve mártires salesianos declarados beatos; a una buena tierra donde era admirado por laicos, sacerdote, y religiosas clarisas y josefinas. La presidenta de ADMA le dijo que queríamos que María Auxiliadora fuera para todos, faro, luna y amparo. El presidente de AA.AA le dijo a Don Bosco que reconocían “su pasado de leyenda, regalando vida…” Los dos jóvenes le agradecieron el cariño con que sus padres y abuelos recordaban a salesianos que trabajaron en Allariz: Luis Rubuano, Tomás Díez, Macario Arconada, Eloy Rey, Amable Lorenzo, Rosendo Sendino, Ángel Lorenzo, Cayetano Cuadra, Don Albino, y tantos otros. Le pidieron que les ayudase a andar el camino “no con golpes”, y sí con la ayuda de la Maestra, de la Auxiliadora. La niña le pidió a Don Bosco que ayudase a los niños a “mirar siempre al cielo, porque arriba siempre hay sol”. Y le “tiró” un beso.
La misa fue presidida por el Sr. Inspector, don José Rodríguez Pacheco, y concelebrada por el Vicario General de la Diócesis y otros muchos sacerdotes. En la homilía el Inspector manifestó su orgullo de ser salesiano y de haber nacido en Allariz, el Ayuntamiento del mundo que más beatos-salesianos tiene. De algunos cantos interpretados durante la misa es autor por Don Albino Fernández, bondadoso y artista salesiano recientemente fallecido, y que había gastado cerca de 40 años en esta villa, y al que quiere tanto el pueblo que le tiene dedicada una calle. Al final de la misa, y por ser Allariz la puerta de la peregrinación de Don Bosco por el camino de Santiago, el Sr. Inspector le entregó la esclavina, el bordón, el morral y la vieira del peregrino; y unas palmas, símbolo de los mártires salesianos de Allariz.
La iglesia se quedó muy pequeña para acoger a la gente que quería honrar a Don Bosco. Con turnos espontáneos, Don Bosco siempre estuvo acompañado. Comunitaria y personalmente le dimos las gracias y le pedimos su intercesión.
Con una oración popular de fidelidad a Don Bosco y la entrega de un obsequio, dio comienzo la firme despedida. Se había preparado con gran cariño, teniendo en cuenta las tres columnas del sueño de Don Bosco: la Eucaristía, María y el Papa. Por eso, las corales “Vellos Amigos de Manuel de Dios” y “Amigos de Allariz” interpretaron con suma precisión y belleza las siguientes obras: Tantum ergo, de Mozart; Ave María, de Caccini; Tú eres Pedro, de John Rutter; y, como broche de la tierra, la canción “Allariz”. Fueron dirigidas por Camilo Rumbao y al órgano, Fernando Domínguez. La iglesia estalló en una cascada de aplausos, que no cesaron hasta que Don Bosco nos dejó al finalizar la “Rúa Don Albino”
En la plaza de esta iglesia tuvo lugar una calurosa acogida con tres actos fundamentales: la interpretación del himno de Galicia, unas sentidas palabras del Sr. Alcalde a la labor realizada en la villa por los salesianos, y la canción “Salve, Don Bosco Santo…”.
Ya dentro de la iglesia y antes de la misa, en nombre de Allariz y sus alrededores, le dirigieron unas palabras de bienvenida el Vicario General de la Diócesis, el director de los salesianos, la presidenta de ADMA, el presidente de AA.AA., dos jóvenes y una niña. El Vicario recordó que a Don Bosco lo conocía desde niño, cuando en el seminario leían su vida, y le agradeció la labor pastoral que los salesianos hacen en Allariz y en Ourense. El director le recordó a Don Bosco que había llegado a una sana tierra con muchos salesianos hijos de la misma; a una santa tierra con nueve mártires salesianos declarados beatos; a una buena tierra donde era admirado por laicos, sacerdote, y religiosas clarisas y josefinas. La presidenta de ADMA le dijo que queríamos que María Auxiliadora fuera para todos, faro, luna y amparo. El presidente de AA.AA le dijo a Don Bosco que reconocían “su pasado de leyenda, regalando vida…” Los dos jóvenes le agradecieron el cariño con que sus padres y abuelos recordaban a salesianos que trabajaron en Allariz: Luis Rubuano, Tomás Díez, Macario Arconada, Eloy Rey, Amable Lorenzo, Rosendo Sendino, Ángel Lorenzo, Cayetano Cuadra, Don Albino, y tantos otros. Le pidieron que les ayudase a andar el camino “no con golpes”, y sí con la ayuda de la Maestra, de la Auxiliadora. La niña le pidió a Don Bosco que ayudase a los niños a “mirar siempre al cielo, porque arriba siempre hay sol”. Y le “tiró” un beso.
La misa fue presidida por el Sr. Inspector, don José Rodríguez Pacheco, y concelebrada por el Vicario General de la Diócesis y otros muchos sacerdotes. En la homilía el Inspector manifestó su orgullo de ser salesiano y de haber nacido en Allariz, el Ayuntamiento del mundo que más beatos-salesianos tiene. De algunos cantos interpretados durante la misa es autor por Don Albino Fernández, bondadoso y artista salesiano recientemente fallecido, y que había gastado cerca de 40 años en esta villa, y al que quiere tanto el pueblo que le tiene dedicada una calle. Al final de la misa, y por ser Allariz la puerta de la peregrinación de Don Bosco por el camino de Santiago, el Sr. Inspector le entregó la esclavina, el bordón, el morral y la vieira del peregrino; y unas palmas, símbolo de los mártires salesianos de Allariz.
La iglesia se quedó muy pequeña para acoger a la gente que quería honrar a Don Bosco. Con turnos espontáneos, Don Bosco siempre estuvo acompañado. Comunitaria y personalmente le dimos las gracias y le pedimos su intercesión.
Con una oración popular de fidelidad a Don Bosco y la entrega de un obsequio, dio comienzo la firme despedida. Se había preparado con gran cariño, teniendo en cuenta las tres columnas del sueño de Don Bosco: la Eucaristía, María y el Papa. Por eso, las corales “Vellos Amigos de Manuel de Dios” y “Amigos de Allariz” interpretaron con suma precisión y belleza las siguientes obras: Tantum ergo, de Mozart; Ave María, de Caccini; Tú eres Pedro, de John Rutter; y, como broche de la tierra, la canción “Allariz”. Fueron dirigidas por Camilo Rumbao y al órgano, Fernando Domínguez. La iglesia estalló en una cascada de aplausos, que no cesaron hasta que Don Bosco nos dejó al finalizar la “Rúa Don Albino”